La Sentencia del TSJA reconoce que los padres de una niña fallecida por una negligencia médica ocurrida durante el parto deben ser indemnizados por el daño moral de su muerte y también por las lesiones permanentes sufridas en vida por la menor, al ser un derecho que se transmite a los herederos.
La torsión ovárica es una afección grave que requiere atención médico-quirúrgica urgente pues su aparición lleva aparejada la interrupción de la circulación (isquemia) que puede desembocar en una necrosis irreversible del ovario afectado.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, estimando el recurso presentado, considera que hubo un retraso en el diagnóstico. Esta negligencia médica provocó que perdiera la oportunidad de operarse con mayor prontitud. La Sala aprecia también infracción de la lex artis, por falta de consentimiento informado
A pesar de que el registro cardio- tocográfico realizado durante el parto mostraba alteraciones en la frecuencia cardíaca, indicando la presencia de sufrimiento fetal por falta de oxígeno (hipoxia grave), no se adoptaron medidas encaminadas a confirmar este dato o a finalizar el parto de forma precoz, mediante cesárea.
El TSJ de Andalucía ratifica la condena al SAS por un error diagnóstico de malformaciones fetales, fijando en medio millón de euros la indemnización definitiva a los padres de un niño nacido con graves secuelas físicas y neurológicas, por un error de diagnóstico prenatal.
Una grave negligencia médica por error de diagnóstico: Confundieron los síntomas con los de una borrachera. El TSJ de Andalucía condena al SAS, por la negligencia médica cometida en un Hospital de Almería, que provocó la muerte de un joven ingresado con derrame cerebral tras sufrir un accidente de tráfico, al no recibir tratamiento alguno.
Fue imposible determinar si hubo un episodio agudo de hipoxia en las ocho horas de trabajo de parto que discurrieron antes de que la demandante acudiera al hospital. Para ello, hubiera sido preciso estudiar los registros cardiotocográficos “perdidos”.
Condena por negligencia en el diagnóstico de un cáncer: no diagnosticaron la leucemia de un paciente que finalmente falleció. Partiendo de la doctrina jurisprudencial de la “pérdida de oportunidad”, la sentencia dictada por el juzgado de Sevilla, condena al SAS y a su aseguradora Zurich, al pago de 54.000 euros, por entender que las expectativas de curación del enfermo eran bajas y, sin embargo, muy altas las expectativas de evolucionar a una leucemia aguda mieloblástica, de consecuencias fatales.
La Administración reconoce su culpa en la extravasación del líquido de quimioterapia que se estaba administrando a la paciente como tratamiento del cáncer de mama que padecía, siendo ésta una de las complicaciones más graves que, en este caso, provocó quemaduras muy importantes a la paciente que ahora será indemnizada por esta negligencia médica.
Le extirparon el esófago de forma innecesaria al confundir un tumor benigno con uno maligno. La Administración estimó la reclamación por las graves lesiones provocadas por un error diagnóstico, al entender acreditado el nexo entre el funcionamiento de la Administración y el daño alegado, resolviendo indemnizar con 125.983 €. Sin embargo, la firma Castillo-Calvín, estimando que en el cálculo de la indemnización la Administración había incurrido en diversos errores, interpuso recurso de revisión, que fue estimado por el SAS, incrementando la indemnización a la enferma en 80.000 € más.
A pesar de que ingresó con el Código Ictus activado, se dejó a la enferma en el “área de observación de sillones” sin ningún control, dejando que su evolución se valorara a la mañana siguiente, una negligencia en el tratamiento que le provocó gravísimas secuelas que han determinado su incapacidad permanente total.
No se pusieron al alcance del paciente los medios que según el estado de los conocimientos de la ciencia y de la técnica existentes en ese momento hubieran podido evitar que el joven perdiera el testículo afectado, pues la torsión es una urgencia quirúrgica que si se aborda dentro de las seis primeras horas se resuelve con éxito en la mayor parte de los casos
La Sanidad reconoce que el retraso diagnóstico de la torsión provocó la pérdida del testículo. Las negligencias médicas al atender las torsiones (testiculares y ováricas) se han convertido en uno de los principales motivos de reclamación sanitaria
Indemnizan por falta de información a un paciente al que no comunicaron que era diabético. El enfermo siguió con su vida normal ante el desconocimiento de la hiperglucemia que padecía, con un descontrol metabólico mantenido a lo largo de los años sin tratamiento alguno. Esto agravó su estado de salud, al impedirle recibir la atención y cuidados que su enfermedad requería.
La rehabilitación con infrarrojos le provocó graves quemaduras a una paciente. La Administración sanitaria indemniza a una paciente, al asumir que existió negligencia médica en el tratamiento rehabilitador de un traumatismo con fisioterapia. Consecuencia de la aplicación excesiva de rayos infrarrojos se le causaron a la paciente daños en la piel, presentando tras su aplicación quemaduras y posteriores cicatrices
Se produjo un retraso en el diagnóstico y en el tratamiento de la afectación neurológica que si se hubiera realizado precozmente y sin esperar a que la patología evolucionara durante 48 horas, podría haber evitado las graves secuelas que actualmente presenta la paciente.
El Juzgado condena al hospital público al considerar que se produjo una negligencia médica, al no diagnosticar la torsión del testículo que presentaba. Ante la más mínima duda, el médico debe realizar una exploración quirúrgica, que permita en el mismo acto resolver el problema.
